Estaba dormida y su sueño se repetía una y otra vez…
Mientras el grupo del capitán DarkReaper, de la primera guardia de DarkSeraphan, intentaba despertar a los Gigantes, algo salió mal. Sufrieron una emboscada. Nynde en su sueño veía como una y otra vez su compañera, amiga y hermana, la gran Odile, caía a lo lejos. También era vencido el poderoso Prophet Amidamaru, no sin antes haberlo luchado hasta el final para defender y apoyar a su grupo. Antes de que ella misma se desplomara, vio como DarkReaper intentaba llegar donde estaba mientras gritaba su nombre.
- DarkReaper…. Odile…. Amidamaru…. – Balbuceó la elfa oscura.
- ¡Rathalos despierta! ¡Deja de echarte la siesta! ¡Tienes que avisar corriendo a la Reina Meli! - Gritaba en la luminosa habitación Temudjin, siempre había estimado a la chica y estaba tan emocionado de que se estuviera despertando que no quería alejarse de ella.
- ¿Qué? ¿Cómo? ¡Voy corriendo! - Le contestó el gran orco.
Mientras tanto, en una de las bonitas estancias del Castillo de Aden, conversaban dos de las personas más sabias que habitaban la ciudad. La Reina Meli y el erudito de la magia ErDeux, discutían sobre las similitudes y diferencias entre summonear un golem y un gato.
- ¡Reina Meli! Debería acompañarme inmediat…… - Llegó a decir Rathalos.
- Rathalos – decía con mirada de reproche ErDeux al orco – No deberías interrumpir una conversación tan interesante con esos modales. ¿Qué es tan importante?
- A ver, domador de gatitos, no vendría aquí de esta forma si no fuera realmente importante. Además, tú también deberías venir. Nynde se está despertando, parece que han hecho efecto las auras en las que has estado trabajando…- Le respondió con retintín.
- ¿Has dicho que Nynde se ha despertado? – Por fin logró hablar Meli. - ¿Y el resto de sus compañeros?
- No, de momento no. – Contestó apenado Rathalos.
- Bueno, por lo menos ha funcionado con ella. ErDeux, vamos rápido, tendremos que contestar a todas sus preguntas. Además, necesitará ver a alguien conocido cuando despierte. – Dijo sabiamente la pequeña Reina, y de un salto comenzó a andar hasta las estancias donde se encontraban Nynde y Temudjin, quien no se había separado de ella en todos estos meses.
- ¡Así es! Vamos, tenemos que estar más unidos que nunca. Hay que ponerle al día de todo, me encargaré personalmente de enseñarle todo lo que esté en mi mano. – Dijo ErDeux, dándole un golpecito en el hombro a Rathalos, quien le sacaba una cabeza y tres cuerpos. Eran muy amigos, pero al orco se le solía olvidar como debía comportarse en la corte.
Cuando llegaron a la habitación Nynde aún no había abierto los ojos. Temudjin le sostenía la mano, sentado en una silla al lado de la cama. También le hablaba a la elfa, le contaba que en su grupo siempre habría sitio para ella, necesitaban una arquera ahora que todas las ciudades estaban rodeadas de monstruos gigantes. En ese momento, Nynde volvió a hablar.
- DarkReaper…. Odile…. Amidamaru…
Continuará...